Wednesday, February 1, 2012

La llegada a Canadá - The arrival to Canada

Parecía mentira, pero por fín hemos llegado. El vuelo con Airtransat fue ameno y sin ninguna complicación. Nada más llegar empezamos con los primeros papeleos, nos enfrentamos a la oficina de Inmigración. Suena duro pero en realidad no fué mas que un pequeño trámite para conseguir el visado que nos permitiría trabajar en Canada - El estado del Arce.

Nuestro primer negocio lo encontramos devolviendo los carritos que la gente abandonaba en el aeropuerto (por cada carrito 25 centavos de dolar). Sin mucho esfuerzo nos hicimos con nuestro primer dolar. Cogimos un autobus hacia Kipling donde se encontraba la estación de metro mas cercana. Debido a nuestra falta de experiencia tratamos de pagar el metro sin saber que ya lo habíamos abonado en el billete de autobús y preguntamos a un amable señor: Disculpe, ¿como se paga aquí? El cual, al ver nuestra incapacidad y cara de susto, se bajo del metro perdíendolo y ayudándonos a conseguir el justificante de pago. Tras 25 paradas por fin llegamos a la estación de Coxwell, cinco minutos despues habríamos llegado a nuestra nueva casa.



¿Que decir de este nuevo hogar? La casa está ubicada en un barrio residencial muy tranquilo, ni muy cerca ni muy lejos del centro y próxima a una avenida relativamente importante - Danforth Avenue. Al llegar nos recibió una de las inquilinas, Karen. Muy amable se presentó y nos enfrentamos al primer "Shock Cultural"...aquí no se dan dos besos para presentarse, sino la mano. Karen se quedó perpleja y horrorizada al recibir mis dos besos. Juan al ver su expresión le extendió la mano.
La estancia es confortable, amplia y agradable. Vivimos con otras cinco personas de diversas nacionalidades: una chica australiana - Georgina, una chica brasileña - Anny, un chico italiano - , la casera griega - Christina y la ya citada Karen que es canadiense.

Las temperaturas que estamos experimentando son relativamente extrañas y cambiantes, lo mismo nieva, que llueve, que hace sol...todo el mismo día. La gente dice que esta siendo un invierno muy suave.



Los primeros dias nos lo tomamos con calma; exploramos el terreno, compramos víveres e hicimos algo de turismo. Tambien tuvimos que aprender como funcionaba el transporte público - TTC Toronto Transit Comission.
 





Historia a destacar de la semana - ^^ El Hombre que alimentaba a las ardillas ^^


El 28 de Enero de 2012 fué uno de esos dias que estás en otro pais, un poco perdido y no sabes donde ir. Juan y yo en busca de conocer algo nuevo decidimos cruzar un pequeño parque del centro de Toronto. Jamás pensamos que en aquel lugar encontraríamos a una persona con la que compartiríamos tantos momentos a lo largo del día. Edgar que así se llamaba, estaba sentado sobre su bicicleta alimentando a las ardillas, que se arremolinaban a sus pies. Comenzamos a hablar con él y los minutos transcurrieron sin percatarnos. Estabamos a gusto y parecía que el también asi que decidió enseñarnos la Universidad de Toronto, muy próxima al parque donde nos encontrabamos. Conforme íbamos andando cada vez nos parecía mas fascinante y hermosa. Edgar nos invitó a entrar a la cafetería donde nos tomamos un café y él un té, padecía del corazón. Tras una hora hablando de todo tipo de asuntos subimos al piso de arriba. Allí nos llevaría a un inmenso salón con sofas, piano y una enorme chimenea que encendió bajo nuestra atónita mirada. Al mismo tiempo que compartíamos nuestras vidas escuchábamos música de Chopin por lo que fuimos a ver de donde procedian esas notas. El origen era una pequeña capilla situada dentro de la propia universidad. Viendo nuestro interés Edgar nos guió por la universidad enseñandonos la biblioteca - fascinante por su estructura antigua y ambiente intelectual al estilo de Oxford/Cambridge, una inmensa sala de reuniones adornada con retratos de personajes ilustres, así como el patio interno que daba acceso al gimnasio de los estudiantes de la unversidad.

Tras cinco horas hablando incluso de religión y política llego el momento de despedirse. Edgar tenía un aspecto un tanto singular; barba y pelo de tres años, ojos azules y gorro al estilo Amish.